fbpx

Resumen del libro

Con la misma Piedra

Los diez errores que todos cometemos al decidir.

Por Miguel Angel Arno y Pablo Maella

Síntesis y comentarios por Jesús Gómez Espejel

DESCARGAR PDF

Video 1

Buscando la perfección

Tomar decisiones es inevitable y las grandes decisiones que tomas dan forma a tu vida.

Ya sea que decidas estudiar una u otra carrera, no casarte ni tener hijos, renunciar a tu trabajo o intentar cambiar tu situación, todas son elecciones que tienen consecuencias, por lo que saber tomar esas decisiones es sumamente importante.

Las decisiones se caracterizan por las necesidades actuales y estos cambios, por lo que las decisiones que parecen perfectas un día pueden detenerse bruscamente en unos pocos meses.

Cometer errores es normal, por lo que buscar la decisión perfecta es el primer error que puedes cometer. Todas las decisiones tienen consecuencias y riesgos, y luchar por la perfección solo lo frustrará.

Tome riesgos también, pero sepa qué riesgos tomar y esté preparado para posibles consecuencias adversas.

Buscar la decisión perfecta puede llevar demasiado tiempo, ya que analizar todos los factores y sus consecuencias tiende a hacerte dudar aún más, tanto que es posible que ni siquiera puedas decidir nada.

Y, además, tomaste una buena decisión, no sabrás si saldrá como esperabas, porque muchos factores determinan el resultado, incluso cuando calculas el riesgo. Hay que aceptarlo sin temor y tomarlo como aprendizaje.

Consecuencias de la irrealidad

Hay muchas maneras de hacer las cosas y uno de los obstáculos que esto puede causar es creer que tu verdad es la única. La segunda falacia en la toma de decisiones es creer que tu versión de la realidad es definitiva y, si las cosas no salen como quieres, culpar a otras personas sin considerar que la realidad podría ser diferente.

El deseo de que la realidad sea de cierta manera es un concepto erróneo común.

Las personas creen que tienen más control sobre lo que sucede en su vida del que realmente tienen. Hay muchos ejemplos de cómo querer resultados se convirtió en una de las formas de conducir al fracaso o la frustración, porque los eventos inesperados en la vida cotidiana interfieren de tal manera que los resultados cambian por completo. Este fue el caso de la fusión de Chrysler y Mercedes Benz, que involucró más variables de las que uno podía prever y las obligó a separarse.

Saber distinguir datos objetivos de opiniones y juicios es importante para la toma de decisiones. Tomar la opinión como base te hará decidir mal, es mejor ser lo más objetivo posible y averiguar los hechos reales para tomar una mejor decisión. Es importante ver y comprender las situaciones y sus causas como realmente son y no como deberían ser.

No te engañes

Si quieres comprar un apartamento y el vendedor primero te lleva a varios apartamentos caros e inadecuados, pero luego te lleva a un apartamento normal, piensa que es una ganga.

Es una estrategia de venta que destaca el tercer riesgo a considerar al tomar decisiones: las primeras impresiones a menudo crean percepciones duraderas. Este tipo de trampa es común, por ejemplo, cuando regalas algo al comprar un producto. También es común creer que la primera idea que se nos ocurre es la mejor sin considerar otras opciones.

Todas las alternativas tienen pros y contras y no hay una que sea perfecta. Debe analizarlos a fondo y compararlos con otros sin engañarse a sí mismo o simplemente decidir salir de una situación molesta como renunciar antes de haber asegurado otro trabajo.

Sea objetivo, vea los aspectos positivos y negativos de sus oportunidades, no se engañe. La mejor manera de evitar esto es ser creativo y proponer varias alternativas que se puedan evaluar para elegir la más adecuada. No se apresure, piénselo y explore las opciones porque las nuevas perspectivas pueden revelar puntos ciegos que no ve.

Cuando las “compañías punto com” con la promesa de grandes ganancias futuras se pusieron de moda y se hicieron públicas, muchos empresarios invirtieron en ellas; A los pocos meses, la burbuja estalló y terminaron teniendo pérdidas. Es entonces cuando caemos en el cuarto error a evitar: tomar decisiones por miedo a quedar fuera y ser diferente, por no querer ser el único que se equivoca o por miedo al ridículo. Encuentra tu propio camino en lugar de seguir el ejemplo de los demás.

No te arriesgues más

Si por alguna razón desea tomar una decisión apresurada, existe una alta probabilidad de que esté tomando la decisión equivocada. La presión no es una buena guía y cada decisión requiere tiempo para pensar.

Cuando se toma una decisión desaparece la incertidumbre y con ella el miedo que provoca, pero una decisión rápida no significa que sea una decisión efectiva.

Es importante saber qué es lo que está buscando específicamente para hacer una elección adecuada, teniendo en cuenta los riesgos involucrados.

En cuanto a los riesgos, hay que calcularlos bien para no correr un riesgo tal que se pueda perder todo, y más cuando afecta a terceros. Hay personas a las que les atraen los riesgos y otras que, por el contrario, prefieren quedarse en una zona segura, pero es mejor posicionarse en una posición intermedia y buscar la opinión de personas que piensan diferente. No hacer esto es el quinto error No creas que tienes el control. La vida es incertidumbre y hay que aceptarla. Esto le permite visualizar los múltiples escenarios que podrían surgir de una decisión y calcular los riesgos y beneficios.

Manejarse con la intuición y el análisis

Acepta la realidad, aunque no sea lo que quieres que sea. Esté abierto al curso natural de las cosas, y si necesita cambiar sus planes, hágalo. Es mejor adaptarse a las circunstancias que luchar contra ellas y acabar fracasando. Mide tus riesgos, no te pases de lo prudente y confía en tu intuición. La intuición es orgánica y no requiere de la razón para saber nada. La razón disecciona las cosas para comprender sus partes, y sólo la intuición sabe. La intuición puede entenderse como creativa o experta. Una persona competente, como un excelente médico, puede reconocer los síntomas y hacer un diagnóstico con certeza. Se guía por la experiencia y muy rara vez trata de hacer las cosas de manera diferente, a diferencia de quienes tienen intuición creativa. Las ideas originales e innovadoras son de gran valor, aunque esto no es garantía de que vayan a ser efectivas, por lo que siempre debes probarlas.

Está bien confiar en la intuición, pero es necesario hacer el análisis adecuado para complementar la decisión y así evitar el sexto error en la toma de decisiones.

La intuición puede ayudar a tomar buenas decisiones, pero también conlleva riesgos. Cuando alguien es experto es solo en su campo, y creer que es experto en todo es arrogancia. Si decides intuitivamente en una empresa, debe ser un alto mando.

De lo contrario, no provocará el compromiso de los empleados, ya que no es una decisión razonada.

No te aferres a tus ideas

El séptimo error es apegarse rígidamente a sus ideas. Las personas tienden a escuchar solo lo que está de acuerdo con su opinión y rechazan lo que difiere. Parece que lo único importante es defender sus posiciones, ya que les resulta muy difícil salir del territorio familiar y evaluar otros argumentos. Al planificar algo, es posible que desee seguir con la idea original, independientemente de si es lo mejor. Lo desagradable tiene un mayor impacto emocional que lo positivo y por lo tanto se evita.

Sin embargo, negarse a aceptar tanto las pérdidas como las malas decisiones conduce a riesgos innecesarios que, en última instancia, cuestan más que aceptar que se tomó una mala decisión, que se hizo una inversión inadecuada o que el proyecto propuesto era inútil.

Esta resistencia te impide reconocer los errores y buscar soluciones, y en cambio te lleva a una espiral de decisiones en las que tratas de tapar los errores cometidos con otros más grandes, hasta que tarde o temprano todo estalla. Para evitar este tipo de errores, existen tres medidas que te ayudarán a tomar mejores decisiones:

  1. Escuchar a los demás: pensar en opiniones similares y contrastantes para hacer juicios razonables.
  2. Genera alternativas: Al generar alternativas distintas a la idea original y evaluarlas, puedes determinar si es la más efectiva o reemplazarla por la real si es necesario.
  3. Actuando como el “abogado del diablo“: Encuentra posibles fallas.

Tienes que afrontar las consecuencias

Cuando decide resolver un problema específico, a menudo solo se enfoca en hacer que funcione sin considerar las consecuencias, lo que puede generar aún más problemas.

Esto ha sucedido con empresas que ocultan sus déficits con la esperanza de poder arreglarlos pronto y terminan quebrando. Debes ser consciente de que tus decisiones tienen consecuencias y deben ser vistas no como algo que deseas sino como posibilidades reales, tanto positivas como negativas, y teniendo en cuenta lo inesperado, no solo en el presente sino también en el futuro.

Es obvio que la decisión se toma por alguna contingencia del presente, pero es conveniente suponer que las consecuencias se extenderán hacia el futuro. Las decisiones espontáneas y mal meditadas -que es el octavo error- tienen graves consecuencias. Al considerar estos, puede tomar una mejor decisión. Recuerda calcular los riesgos y sus consecuencias y recuerda que el futuro al final será el presente, así que no lo subestimes. También puede tomar una decisión en grupo, considerando los riesgos.

El noveno error es dejarse llevar por la presión de los compañeros y aceptar decisiones con las que no está de acuerdo. Cada persona tiene una visión específica y es necesario llegar a un consenso para que se tome la decisión correcta. Los grupos pueden tomar buenas decisiones compartiendo sus conocimientos, experiencias y habilidades. El riesgo es que sea un proceso lento, del que no haya un responsable directo, y que las personas no expresen sus opiniones libremente porque se sienten presionadas. Esta presión suele ser un problema porque determina el comportamiento y, por lo tanto, las decisiones. Hablar en contra de los demás puede llevar a ser ignorado. Por lo tanto, es peligroso dar más valor al grupo que a una decisión correcta.

Toda decisión corresponde a una acción.

El décimo error que debe evitar una vez que haya tomado una decisión final es no comprometerse por completo a implementarla. Cuando haya tomado una decisión, es hora de actuar. Esa es la única forma en que puede verificar si está funcionando o si necesita ajustarlo. La ejecución y el seguimiento permanente requerirán de su total compromiso y disposición, priorizando los pasos a seguir. También debe considerar a las personas que estarán involucradas en el desarrollo y cómo podrían beneficiarse de él. A veces las personas se acostumbran a pensar sólo en sus propios intereses y no en los de los demás, y estas también son consecuencias a sopesar.

Las emociones y las preferencias personales juegan un papel importante en la formación de posibles decisiones, incluso si no son racionales. No sólo la razón y las emociones humanas suelen ser el motor de una decisión, aunque luego se racionalicen. Las emociones son el producto de la vida y las experiencias de cada individuo, así como de su entorno, y se toman decisiones cargadas emocionalmente. Por lo tanto, puedes tomar mejores decisiones cuando eres consciente de ello.

Si sabes cómo tomas tus decisiones, qué emociones hay detrás de ellas, qué intereses tienes y cómo estos pueden afectar a los demás y aceptas que no puedes tener el control total sobre nada, obtienes una buena base para reconocer tu propio proceso y puedes reconocer dónde están tus debilidades y errores para mejorar constantemente.

No espere que las personas reaccionen de cierta manera a su decisión, ya que estará imbuida de sus emociones. Las decisiones son inevitables, también se cometen errores. Pero reconocer los errores que cometes es el primer paso para tomar mejores decisiones.