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Resumen del libro

El pequeño libro de la comunicación eficaz.

Un libro con el que darás de que hablar

Por Mikael Krogerus y Roman TSchappeler

Síntesis y comentarios por Jesús Gómez Espejel

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La comunicación es una herramienta poderosa que puede resolver disputas o evitar conflictos en este siglo.

En menos de 40 años estallaron dos guerras mundiales en el último siglo. Los intentos diplomáticos resultaron inadecuados y en el período de entreguerras y de posguerra la creencia predominante era que la reconciliación no podía lograrse mediante negociaciones. Los resultados fueron devastadores para Europa.

La teoría de juegos surgió en su momento bajo el desarrollo de John von Neumann y Oskar Morgenstern, en los cuales postularon que en situaciones de conflicto el comportamiento predominante entre las partes es querer ganar a toda costa. Una de las conclusiones más reveladoras de esta teoría es que ganar el juego depende de la capacidad de hablar y negociar con el oponente, pero no de enfrentarlo, sino de cooperar, ceder y lograr los objetivos. El éxito de esta comunicación depende también de hasta qué punto se respeten las reglas del juego y los acuerdos resultantes de las conversaciones y negociaciones.

La persuasión es uno de los objetivos más deseables en las relaciones humanas.

Una de las habilidades más valoradas de los empresarios, pero también de las personas que trabajan en distintos ámbitos de la vida pública, es la persuasión. ¿Quién no quiere convencer a los demás de algo concreto?

Algo que beneficia no sólo a una de las partes, sino a ambas. ¡Ganar es uno de los objetivos que tienen la mayoría de los magnates, gerentes, gerentes de proyectos, padres, niños, maestros, todos!

Basándose en sus observaciones e investigaciones, el psicólogo Robert Cialdini desarrolló seis principios que explican cómo funciona la persuasión:

  1. Reciprocidad: para recibir debes estar dispuesto a dar. Para obtener un “sí” primero tienes que ofrecer lo que quieres y luego pedirlo.
  2. Autoridad: demostrar conocimientos y habilidades suficientes en el tema tratado, la confirmación mediante estudios o el apoyo de otros suele ser de gran ayuda.
  3. Coherencia: es importante ceñirse al mensaje que desea enviar sin ceder ante otras tendencias, opiniones o reacciones.
  4. Consenso: la gente actúa como un rebaño; Es crucial demostrar que hay otras personas que hacen o deciden la forma en que quieres persuadir.
  5. Riesgos : aclarar los riesgos de una situación, en lugar de ocultarlos, es una regla clave que aporta confianza y solidez a una propuesta.
  6. Simpatía: tener la simpatía de las personas es importante para una comunicación eficaz. Desarrollar habilidades que fomenten la simpatía y el humor fresco puede ser de gran ayuda.

La comunicación de los jefes debe ser considerada, directa, sincera, concisa y plural.

Cualquiera que gestione equipos de forma eficiente sabe que una buena comunicación a todos los niveles es fundamental y necesaria. Todo buen jefe quiere saber cuál es la mejor manera de comunicarse con sus colegas. Así que empieza con la regla general: trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti. La consideración, la claridad y la dirección son los insumos que toda comunicación empresarial debe considerar.

Del mismo modo, los gerentes que necesitan brindar retroalimentación a los miembros del equipo deben saber que evitar las críticas destructivas y la dureza hacia los demás es esencial para fomentar la motivación y lograr las metas. Todo buen jefe debe saber hablar en plural. Usar el “nosotros” para los éxitos, pero también para los fracasos o errores, le da a todo el equipo un sentido de inclusión, responsabilidad y compromiso. Dar buen ejemplo es otro eslogan que no debe faltar en la práctica de todo directivo.

Es importante aprovechar el tiempo de las reuniones de trabajo de manera óptima para hacerlas eficientes. Decirle a cada miembro qué tipo de reunión se llevará a cabo es un gesto que definitivamente puede mejorar el flujo de comunicación.

Para quienes convocan una reunión, puede resultar útil dividir la reunión en tres categorías:

  1. Reuniones de información: los participantes reciben información precisa y específica sin expresar su opinión.
  2. Reuniones de discusión: los participantes pueden dar y recibir comentarios sobre un tema.
  3. Reunión de aprobación: en este caso, un grupo envía una propuesta a otro grupo y espera su aprobación.

Aprender el arte de la negociación es una de las claves del éxito personal y profesional.

En su libro Get Yes, Roger Fisher y William L. Ury presentan una estrategia para participar en negociaciones. Desde un aumento o una venta hasta un rescate por un secuestro, la negociación debe basarse en el objetivo a alcanzar y no en la persona con la que se negocia, es decir, no importa si la otra parte es amigable y agradable o no.

Preguntarse y tener claro qué necesita el otro, qué intereses comunes tenéis y qué se puede ofrecer a cambio es un criterio fundamental para no perder de vista el eje de la negociación. Un buen negociador sabe que nunca será perfecto, sólo lo suficientemente bueno. Es fundamental prepararse para ganar la mejor alternativa y no la única.

Sin escucha, la comunicación no existirá.

No tiene sentido hablar o tener una conversación si nadie escucha activamente. Saber escuchar es una herramienta muy importante para construir una comunicación efectiva. Ser alguien que sepa escuchar es tan importante como ser un buen orador o negociador.

Las habilidades de un buen oyente deben incluir la no intervención o interrupción. Quien sabe escuchar no intenta interferir en la conversación con sus propias anécdotas ni interrumpe para contar algo intentando divertir a los demás; ni terminó desesperado la frase de su interlocutor.

Los buenos oyentes no darán consejos a menos que se los pidan explícitamente; Sabe permanecer en silencio, estar atento, mostrar interés de manera no verbal, asentir con la cabeza, mirar a los ojos y brindarle a otra persona una de las cosas más preciadas: su atención.

Para que la comunicación sea exitosa, debemos saber quiés el “yo” que habla y se manifiesta.

Para el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, los problemas de comunicación en los adultos provienen de miedos y placeres escondidos en el subconsciente durante la infancia. Para el psiquiatra Eric Berne, la observación durante la comunicación es muy importante. Del trabajo de médicos y teóricos se obtienen varios principios que describen la personalidad que se manifiestan al comunicar algo.

Berna desarrolló tres “estados del yo”:

  1. El yo padre : esta situación provoca que durante la conversación surjan actitudes paternalistas, condescendientes, aconsejadoras o prepotentes.
  2. El yo maduro: este estado resalta cualidades como el respeto, el autocontrol, la relajación y la preocupación por los demás. Te hace responder o criticar de manera objetiva y constructiva.
  3. El yo infantil: este estado da lugar a la mente de un niño que es intrépida, apasionada, curiosa, desafiante y ansiosa por aprender.

Descubrir qué estados del yo surgen cada vez que intentamos tener una conversación profesional o personal sobre un tema puede ser muy útil para saber qué rasgos de carácter necesitamos aflorar, en qué momentos y de qué manera.

La comunicación eficaz ayuda a fomentar el perdón de forma constructiva y a seguir adelante.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Ohio se reunieron para analizar por qué pedir disculpas casi siempre es difícil. Entre sus hallazgos que pueden ser útiles para aplicar como estrategia para promover una comunicación eficiente se encuentran los siguientes:

  • Asuma la responsabilidad en primera persona – usar frases impersonales como “Sé que estás realmente enojado” o “Lamento que te lastimaron” no funcionará porque parece que el dolor o el enojo son indirectos. Admitir plena responsabilidad por una acción y asumir que cometimos un error es lo mejor que se puede decir.
  • La justificación no funciona – Intentar justificar un error suele ser normal; sin embargo, para los afectados, puede significar el rechazo de una disculpa. Explicar lo sucedido sin intentar defenderse es mucho más honesto con la persona que tiene que disculparse.
  • Decir “pero” puede ser fatal – Usar “pero” al explicar una disculpa puede hacer retroceder todo lo que has ganado. Un pero equivale a las razones de otras personas, por lo que debe evitarse.
  • Disculparse no es la solución – Por irónico que parezca, decir “lo siento” a otra persona puede ser muy impersonal y sólo puede leerse como una frase común que nadie quiere perdonar. Estas observaciones deben estar enmarcadas en reflexiones personales, específicas, auténticas y honestas.
  • Intenta no volver a cometer el mismo error – Incluso si se ha pedido la disculpa más sincera y bien explicada, no tiene sentido repetir el error una o dos veces más.

Las relaciones interpersonales suelen fracasar debido a una mala comunicación.

En las relaciones interpersonales, especialmente en las de pareja, la comunicación suele ser una bendición poco común y muy necesaria. Desde la década de 1960, el psicólogo Watzlawick ha explicado cinco axiomas que explican por qué falla la comunicación en las relaciones.

En primer lugar, el psicólogo descubrió que incluso en ausencia de comunicación verbal, la comunicación se produce a través del cuerpo, las acciones y las relaciones. Incluso si la gente no habla, es fácil no darse cuenta de que algo les está sucediendo, bueno o malo. En el segundo caso, se encontró que quién y cómo se dice tiene más peso que lo que se dice.

En este sentido, es muy significativo conocer la regla 7-38-55, en la que Albert Mehrabyan describe que las palabras tienen sólo el 7% de influencia en lo que decimos; el tono de voz es del 38% y el 55% corresponde al lenguaje corporal.

Otra observación de Watzlawick es que existe la comunicación digital, que es el habla, y la comunicación analógica, que es no verbal.

Si estas dos modalidades no coinciden durante la comunicación, surge una disonancia que el interlocutor siempre percibe. Puedes decir “te amo” con una expresión de apatía en tu rostro mientras revisas tu teléfono celular. Ciertamente nadie lo creerá.

La paradoja de la comunicación en Internet se expresa en la apelación a las redes por la soledad y el sentimiento de soledad al ver lo que hay en las redes.

Si bien los canales de comunicación han aumentado gracias a Internet, las redes sociales y las aplicaciones que permiten comunicarse de una manera más inmediata, multidimensional, internacional, múltiple, pero cada vez menos personal, el desafío de la comunicación efectiva ha aumentado. Las personas muchas veces necesitan o eligen compartir en sus redes la mejor versión de sí mismas y la mejor versión de su vida, comida, vacaciones, familia o trabajo. Este es un patrón del círculo vicioso en el que se encuentra actualmente la gente: en momentos de soledad o aburrimiento, la gente comparte estas versiones mejoradas de la vida porque necesitan aprobación, me gusta, comentarios, elogios y compañía. Pero al entrar, descubren que hay otras personas que también tienen “me gusta” y fotografías aparentemente maravillosas compartidas y halagadas, hecho que una vez más engendra sentimientos de soledad, competencia y segregación.

Algunos científicos han llamado a este sentimiento de estar desconectado de la vida de otras personas que parecen tener una vida mejor o más exitosa como síndrome FoMO (miedo a perderse algo), que significa un sentimiento de miedo a perderse algo importante. Por todo ello, adoptar una actitud que promueva la autorreflexión, que ponga en el centro las relaciones humanas auténticas y honestas y promueva la comunicación efectiva puede ser un antídoto eficaz contra algunas de las consecuencias negativas que forman parte de los grandes acontecimientos de la época. . comunicación actual